Ruiz-Jiménez, no obstante, no tuvo siempre una posición crítica con el franquismo. Al contrario, durante la Guerra Civil fue encarcelado en el Madrid republicano y logró huir a territorio controlado por el bando nacional con el cual combatió. En los años cuarenta y cincuenta ocupó cargos de responsabilidad política en la Dictadura, eso sí, dentro de la denominada familia católica del régimen. De hecho, fue uno de los negociadores del Concordato con la Santa Sede de 1953, un espaldarazo internacional de Franco tras años de aislamiento en la inmediata posguerra mundial. En 1951 fue nombrado ministro de Educación -cargo que le permitió, por ejemplo, acompañar a Franco en la visita que hizo éste a la Universidad de Salamanca para ser nombrado doctor honoris causa tal como vemos en el siguiente documental de NO-DO- pero en 1956 fue cesado por ser considerado excesivamente benévolo en la gestión de las protestas universitarias que surgieron en ese momento de orientación antifranquista.
Fue uno de los dirigentes y candidatos de la Federación de la Democracia Cristiana en las elecciones democráticas a Cortes de 1977, grupo político coliderado con el ex dirigente de la CEDA durante la Segunda República, Gil-Robles. La opción centrista por él defendida cosechó un estrepitoso fracaso frente a la UCD de Adolfo Suárez. El revés llevó a Ruiz-Giménez a abandonar la política. Retornó, no obstante, en los años ochenta a la primera escena política gracias a ocupar el cargo de Defensor del pueblo, a propuesta del PSOE y con el respaldo de todas las fuerzas políticas democráticas del momento. Entre 1989 y 2001 fue presidente de UNICEF en España. Su obra intelectual y publicística es considerable. Su biblioteca personal la donó a la Universidad Autónoma de Madrid y su archivo personal, a la Universidad Carlos III.
1 comentario:
Carrillo, Fraga, Arzallus, Arias Navarro.....
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