sábado, 6 de diciembre de 2008

Trincheras y Primera Guerra Mundial: "Senderos de Gloria"


La Primera Guerra Mundial fue el primer gran conflicto global contemporáneo y, en contra de las previsiones de que el uso de la maquinaria moderna iba a ser decisiva para que el combate se resolviese con rapidez, de hecho, sucedió lo contrario: una larguísima guerra de desgaste en frentes relativamente estables y donde ganar terreno implicaba una cantidad de pérdidas humanas (soldados) considerable. En varios frentes, especialmente en el frente occidental, fue una guerra de posición o de trincheras.

Hay una película, Senderos de Gloria (Stanley Kubrick, 1957), que refleja estupendamente el sufrimiento de millones de hombres que durante meses, años, sufrieron en las trincheras el fuego enemigo. Se trata también de una película, basada en hechos reales, que plantea una reflexión muy profunda sobre el principio militar de la obediencia y el uso torticero del patriotismo: altos mandos militares que imponen maniobras y operaciones objetivamente imposibles y que tienen un coste en vidas humanas extremo simplemente para satisfacer a autoridades políticas, ambiciones desmedidas de ascenso en el escalafón, etc. Personajes como los generales Mirbeau y Broulard en la película reflejan muy bien este sinsentido, mientras el coronel Dax, en cambio, el compromiso ético con sus soldados de no llevarlos a una muerte segura en la toma del fuerte de Douamont durante la batalla de Verdún. El consejo de guerra al que se somete a sus hombres es un esperpento y una manifestación del borde muy fino y afilado en el que se mueven los derechos humanos y fundamentales en los casos de guerra, incluso en estados democráticos. Fue película muy polémica, que cuando fue estrenada en Bélgica y Francia, cuyos ejércitos y militares no quedaban precisamente bien parados, desató importantes protestas callejeras y en los medios de comunicación, incluso diplomáticas.

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