La aspiración de España de ingresar en la CEE y contribuir a la construcción de una Europa unida se remonta a su fundación, en 1957 por el Tratado de Roma. No obstante, durante la Dictadura de Franco no fue posible el ingreso pues los estados comunitarios, democracias liberales, no aceptaban el régimen español en su seno. El intento de 1962 se saldó con la condena de España en el Congreso del Movimiento Europeo celebrado en Munich (1962), rebautizado por el franquismo como “contubernio”. Sólo en 1970 fue posible la firma de un Tratado Preferencial que potenció el comercio entre la CEE y España.
A inicios de la Transición se retomaron las negociaciones. Gobernaba entonces Adolfo Suárez y España ya cumplía con el requisito de ser un Estado democrático. Pero no era un camino fácil ni mucho menos. Ya no había obstáculos políticos, pero sí económicos. Italia y especialmente Francia, con sectores económicos (agricultura, pesca...) que veían el ingreso español como una amenaza, pusieron bastantes obstáculos en el proceso de negociación que, no obstante, concluyó con la firma del Tratado de adhesión en 1985 en el Palacio Real de Madrid. Meses después, el 1 de enero de 1986, España y Portugal pasaban a ser miembros de pleno derecho de una comunidad que todavía era CEE y no Unión Europea –habría que esperar al Tratado de Maastricht-, formada entonces por doce estados miembros.
sábado, 10 de mayo de 2008
Publicado por Luis Miguel Acosta en 16:45
Etiquetas: franquismo, Historia de España, partidos políticos, transición democrática
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