domingo, 23 de marzo de 2008

Arias Navarro



Fue Presidente del Gobierno con los dos últimos jefes de Estado de la Historia de España: Franco y Juan Carlos I. Su imagen ante TVE leyendo el testamento de Franco el día en que comunicó su muerte forma parte de la memoria visual del Franquismo y la Transición Democrática. Fue nombrado Presidente del Gobierno en sustitución del Almirante Carrero Blanco, asesinado en un atentado terrorista perpetrado por ETA en diciembre de 1973, y permaneció en el cargo hasta julio de 1976, del que dimitió a consecuencias de presiones ejercidas por el Rey, insatisfecho por la línea continuista no reformista de su acción de gobierno, quien le otorgó el título de marqués.

Fue hombre de sólida formación académica pero, tal vez, poco preparado para la política en los niveles tan elevados que acabó ocupando como Presidente del Gobierno. Su carrera política estuvo muy marcada por la temprana vinculación al Movimiento Nacional y el papel que ejerció durante la Guerra Civil como fiscal militar en actividades de represión del bando republicano, principalmente en Málaga. Fue Gobernador Civil en varias provincias, entre ellas León –a la que estaba vinculado por razones familiares-, y Santa Cruz de Tenerife, donde destacó por no mantener buenas relaciones con la oligarquía económica y política local. Durante el franquismo el puesto de Gobernador Civil era muy poderoso pues tenía bajo su control a toda la administracion civil del estado en la provincia, prácticamente toda la administración en un estado unitario muy centralista, y se ejercía de forma simultánea con el cargo de Jefe Provincial del Movimiento Nacional, entramado de poder que agrupaba a las organizaciones sociales y al partido único (Falange Española Tradicionalista y de las JONS) de la Dictadura. También ocupó responsabilidades en la Dirección General de Seguridad (órgano dependiente del Ministerio de Gobernación), vinculadas al mantenimiento del orden público y, en aquella época, también de represión de la oposición. No obstante, su puesto más relevante fue el de alcalde de Madrid (1965-1973). Durante la Dictadura el puesto de alcalde de las capitales de provincia españolas era nombrado directamente por el Gobierno. En 1973 fue llamado por Carrero Blanco para ocupar el cargo de Ministro de Gobernación. Cuando Carrero Blanco fue asesinado, sorprendió sobremanera que aquél que era en último extremo responsable de la seguridad de la víctima, fuese ascendido por Franco a la Presidencia del Gobierno.


Durante sus años de Presidente, Arias Navarro simbolizó en buena medida el intento, infructuoso, de la denominada línea aperturista del régimen franquista, aquella que viendo la inminencia de la muerte del general Franco, confiaba en que la Monarquía de Juan Carlos I, manteniendo las esencias del franquismo, se actualizase, se modernizase, sin que el país avanzase hacia una verdadera democracia. Su empuje político inicial, representado en el famoso discurso en las Cortes Españolas de 12 de febrero de 1974 (El Espíritu del 12 de febrero) pronto quedó en vía muerta. Los acontecimientos históricos y la presión social y política dentro del régimen dejó atrapada esta corriente entre sus extremos: el búnker o los inmovilistas, aquéllos que no querían cambio alguno relevante en la Dictadura a la muerte de Franco; y el sector reformista, que surge como el sector más progresista del aperturista, los que confían en llevar a España a un régimen democrático desde la “reforma” de las instituciones franquistas. Esta última línea estuvo en una posición muy discreta hasta la muerte de Franco, pero a partir de ese momento fue apoyada e impulsada por el propio Juan Carlos I, con el apoyo de otros personajes políticos del régimen como el que acabó siendo último presidente de las Cortes Españolas (asamblea corporativa franquista), Torcuato Fernández Miranda, y Adolfo Suárez, joven político del Movimiento Nacional que fue situado por el Rey como Presidente del Gobierno en julio de 1976 en sustitución de Arias Navarro.

Tras ser cesado como Presidente del Gobierno, Arias Navarro no abandona la vida política de forma inmediata e ingresa en la recién fundada Alianza Popular liderada por Manuel Fraga, antiguo dirigente reformista de la Dictadura. Se presenta como candidato al Senado en las elecciones generales de 1977 por la provincia de Madrid y no sale elegido. Abandona el partido y la política. Muere en Madrid en 1989.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Arias Navarro y Vicente Reguengo......¿Amigos de Antonio Rosa Casaco?