lunes, 15 de agosto de 2011

Nuevas sugerencias de cine histórico: "Enemigo a las puertas" y "Stalingrado" para la batalla de Stalingrado



Seguimos con la elaboración de nuestra línea del tiempo en Dipity con sugerencias de películas de contenido histórico susceptibles de ser utilizadas en la enseñanza-aprendizaje de la historia, en este caso, de la Segunda Guerra Mundial. Y nuestro interés hoy repara en la mayor de las batallas terrestres de la historia de la humanidad: Stalingrado. Duró casi un año y fue un encarnizado enfrentamiento entre el Ejército Rojo y las tropas alemanas que, en caso de tomar la ciudad de Stalingrado, despejaban el camino hacia el Caúcaso y sus ricos yacimientos de petróleo. Realmente, tras la tenaz resistencia soviética a las puertas de Leningrado (hoy San Petersburgo) y Moscú, Stalingrado era el tercer jalón de una línea de contención que, en caso de ser superada por la Whermacht alemana y sus países aliados -recordemos también la contribución de la España franquista con la División Azul-, supondría probablemente la derrota final de la URSS. No sucedió esto y tras una encarnizada batalla de meses, el Ejército Rojo logró superar a los alemanes y forzar la rendición final de sus diezmadas fuerzas, bajo el mando Paulus, pese a la oposición frontal de Hitler que le prohibió de forma expresa al mariscal alemán que se entregase, y en el caso de él, como mando, menos aún vivo. Como anécdota señalar que Paulus sí se rindió, y tuvo mejor fortuna que la gran mayoría (80-90 %) de los casi 100.000 prisioneros alemanes, que murieron. Incluso pudo regresar a Alemania en la posguerra y tuvo cierta celebridad como historiador en la Alemania comunista (RDA).


Varias películas y documentales han recogido la descripción de los hechos. Nuestra atención, no obstante, se va a centrar en dos películas de calidad cinematográfica algo discutible pero de indudable valor histórico, susceptibles de explotación didáctica: la contraposición desde una perspectiva de análisis actual de la visión de los soldados alemanes, en Stalingrado (Vilsmaier, 1992), con la de los soviéticos en Enemigo a las puertas (Annaud, 2001). Esta última sobresale por ahondar en la compleja organización del Ejército Rojo, de cómo se conjuga la dirección militar de la guerra con la propaganda ideológica, a cargo en este caso del comisario Danilov, y que encumbra a la consideración de héroe soviético, a un joven y modesto soldado ruso, Vassili Zaitsev. Muy recomendable.

2 comentarios:

Laura ♥ dijo...

http://lauglez.blogspot.com/

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