En apenas unas semanas, dos intensos terremotos, uno en Haití (12 de enero), otro en Chile (27 de febrero), han devuelto el recuerdo de otros históricos movimientos sísmicos producidos en América durante las últimas décadas. En este post queremos recuperar el recuerdo de algunos de ellos, con el material documental que hoy está disponible en la Red.
Antes del reciente y devastador terremoto de Chile, hubo otros. Tal vez, el de mayor destrucción fue el que azotó el centro y sur del país los días 21 y 22 de mayo de 1960. Un maremoto, posterior, agravó la destrucción material y humana en la costa. Se estima que casi 2000 personas fallecieron. La decidida actuación de las autoridades y la población evitó que la catástrofe fuera mayor ante el riesgo de desbordamiento del lago Riñihue, semanas después, lo que hubiese supuesto la destrucción de la ciudad de Valdivia.
Venezuela también ha sido víctima de movimientos sísmicos. Muy cerca de Caracas, se produjo uno el 29 de julio de 1967. El balance de destrucción y muerte, principalmente en la capital, fue considerable: unos 400 fallecidos en todo el país y el derrumbe total o parcial de edificios emblemáticos de la ciudad.
Por su devastación material y pérdidas humanas, el terremoto de Ancash (Perú, 1970) está catalogado como uno de los más devastadores del siglo XX. La devastación directa que produjo el movimiento sísmico se acrecentó con un gigantesco alud de tierra y hielo sobre la ciudad de Yungay, donde por esta causa directa murieron más de 20.000 personas. Se calcula que el número total de fallecidos pudo ascender a 100.000 en todo el país.
La víspera de Nochebuena de 1972 Managua sufrió uno de los más intensos terremotos de las últimas décadas en Centroamérica. Prácticamente destruyó la capital de Nicaragua y provocó la muerte de unos 12.000 habitantes. En 1931, otro terremoto ya había afectado a la ciudad.
Nuestro recordatorio, forzosamente incompleto, termina con los terremotos de México de los días 19 y 20 de septiembre de 1985. El epicentro se situó en la costa del Pacífico y provocó un número de muertes no inferior a 10.000 personas. Los grandes edificos públicos de la gran urbe mexicana se vieron afectados de forma muy desigual, lo que demostró una vez más que la calidad de las construcciones resulta determinante para apreciar el impacto de una catástrofe natural de estas características.
1 comentario:
Faltaría un terremoto muy importante que hubo en Nicaragua hacia 1930.
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