Advierto: si no vieron este programa de TVE, un consejo encarecido, no lo vean. Tienen que evitarlo especialmente todos los que tienen menos de 40 años o quienes, teniéndolos, no fuimos testigos directos y conscientes del hecho por nuestra cortísima edad. Una cosa es recordar una efemérides, algo que desde la Historia es muy valorable, estimable, y otra bien distinta es torturar a una audiencia con un ejercicio de ego personal del presentador y melancolía personal de un carrusel de famosos y famosillos que no aportaron, ninguno, nada a lo que realmente puede ser interesante: conocer detalles, circunstancias concretas, vinculadas al hecho, más allá de lo personal. La diferencia entre esfera pública y privada..., vaya.
Anecdótico pero no irrelevante ha sido la publicación de datos sobre cuál fue el destino final de un fragmento de roca lunar recogida por el Apolo 17 y que el Presidente de EE.UU. Richard Nixon hizo “al pueblo español”. Del pedrusco, que aparentemente tuvo la consideración de regalo de estado, sabemos que estuvo en el despacho de Franco en el Palacio Real del Pardo. Tras la muerte del general, el rastro se pierde. La familia reconoce que se la llevó pero que se extravió. Luis Ruiz de Gopegui, director de las estaciones de la NASA en España durante el periodo de las misiones Apolo, asegura en una entrevista concedida al diario El Mundo, que la piedra intentó ser vendida a un museo británico entre 1989 y 1991 por el mismísimo Cristóbal Martínez Bordiu, marqués de Villaverde y yerno del Dictador, si bien la familia Franco lo ha desmentido.
Muchos antes de la presunta venta de la piedra lunar, en vida de Franco, el marqués de Villaverde y su mujer, Carmen Franco, eran personajes habituales de NO-DO y, en cierta medida, presentados como modelo familiar. Aquí los vemos con motivo de la boda, celebrada en el mismísimo Palacio Real del Pardo en 1950.
1 comentario:
Yo se donde esta la piedra. En mi tumba del Valle de los caídos...
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