Muy emotivas palabras, e imágenes, de Claudio Sánchez Albornoz, exiliado republicano que regresa a España en 1976. Su retorno, junto a los de otros muchos exiliados, fue un símbolo de la nueva época que se abría con la Transición.
Este post es el inicio de una serie sobre "claves del exilio", que iniciamos hace unos días con Juan Negrín. Pero, ¿quién fue Claudio Sánchez Albornoz? Fue uno de los más eminentes historiadores del siglo XX, intelectual y rector, en los años treinta, de la Universidad Central de Madrid. Su ideología republicano le llevó a comprometerse activamente con el régimen de la Segunda República, siendo diputado por Ávila, embajador español en Lisboa, Vicepresidente de las Cortes republicanas (unicamerales) e incluso Ministro de Estado (actualmente, Asuntos Exteriores). En Lisboa le sorprende el inicio de la Guerra Civil pero pronto deja de tener la función de embajador porque el Gobierno portugués reconoce al régimen de Franco. Parte a Francia, al exilio, y tras la ocupación nazi en 1940, se instala en Argentina, como otros muchos españoles. Allí prosiguió con gran reconocimiento público y académico su carrera como profesor en las universidades de Mendoza y Buenos Aires. Entre 1962 y 1971 ocupó el cargo de Presidente de la República Española, en el exilio. Ya durante ese periodo abogó por una sincera reconciliación entre los españoles, en el marco de un régimen democrático. Sus últimos años, ya de retorno en España y en su ciudad natal, Ávila, pudieron ser testigos de ese anhelo.
Recientemente, Claudio Sánchez Albornoz ha sido noticia, y no precisamente positiva. A su muerte surge una fundación, que lleva su nombre, y que actualmente pasa graves dificultades, en medio de una polémica pública sobre el compromiso de algunas instituciones públicas en su patronato. Entre las contribuciones más destacadas de la fundación está el proyecto "La historia oral del exilio español en la Argentina".
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